domingo, 4 de abril de 2010

Los ojos de un extraño


Argumento: Una periodista está convencida de que su misterioso vecino, que vive en el edificio de enfrente al suyo, es en realidad el asesino en serie que en las últimas semanas está aterrorizando a la ciudad de Miami.

Ficha técnica:
Dirección: Ken Wiederhorn. Productor: Ronald Zerra. Guión: Eric L. Bloom y Ron Kurz. Fotografía: Mini Rojas. Música: Richard Einhorn y Ken Neinkirchen. Montaje: Rick Shaine. Diseño de producción: Jessica Sack. Efectos de maquillaje: Dean Gates y Tom Savini. Intérpretes: Lauren Tewes (Jane Harris), Jennifer Jason Leigh (Tracy Harris), John DiSanti (Stanley Herbert), Peter DuPre (David), Gwen Lewis (Debbie Ormsley), Kitty Lunn (Annette). Nacionalidad y año: Estados unidos 1981. Duración y datos técnicos: 84 min. Color 1.85: 1.

Este comentario puede contener spoilers... de hecho es seguro que los contiene:
A veces resulta bastante curioso el hecho de repasar la filmografía de ciertos directores: si nos fijamos en el caso de Ken Wiederhorn, vemos que tiene en su haber dos de los más infames (y eso es decir mucho) films sobre adolescentes con las hormonas revueltas que surgieron tras el éxito de Desmadre a la americana (Animal house, 1978): son Desmadre en la universidad (King frat, 1979), en la que su escena más memorable sería ese concurso de ventosidades donde pierde aquel que se defeque encima (¿¡!?) y Los albóndigas atacan de nuevo (Meatballs Part II, 1984), con la novedad en este tipo de películas de contar con la presencia de un alienígena judío (¿¿¡!??) y cuyo protagonista es nombrado durante todo el metraje con el cariñoso apelativo de pichacorta (¿¿¿¡!???)

Como imaginaréis, comparada con estas dos joyitas, una película del estilo de Porky's (Porky's, 1981) parece que estuviera dirigida por Preston Sturges.

En cuanto a las incursiones en el terror de nuestro hombre, tenemos por una parte Shock waves (Shock waves, 1977), editada en DVD por la compañía Blue underground con el llamativo slogan de La mejor película de zombis nazis de la historia del cine, y también La divertida noche de los zombies o El regreso de los muertos vivientes 2 (Return of the living dead Part II, 1988), divertidísima (valga la redundancia) continuación del clásico de Dan O'Bannon que, aunque parezca imposible, logra superar con creces la locura de su predecesora.


Si tenemos en cuenta los antecedentes de este director (poco más que un simple artesano que, manejando el material adecuado, es como mucho capaz de ofrecernos un film entretenidillo) no podemos dejar de asombrarnos al asistir a los primeros compases de esta película realizada a principios de los 80.

Por aquella época el género slasher parecía haberlo invadido todo, y no sólo en lo concerniente al cine de terror puro y duro: incluso autores como Brian de Palma no dudaban en incluir alguna que otra cuchillada en sus thrillers, influenciado sin duda más por sus homólogos italianos, como Argento o Bava, que por producciones taquilleras del momento como Halloween (Halloween, 1978) o Viernes 13 (Friday the 13th, 1980).

Precisamente, las claras referencias a Bava (y a films como Bahía de sangre o Seis mujeres para el asesino) se hacen notar casi desde el primer plano de Los ojos de un extraño, impresión que nos confirmará del todo la estupenda secuencia del primer asesinato: la iluminación oscura aunque colorista, el muy cuidado manejo de la cámara y la brutal irrupción de la violencia, nos traen a la memoria las maneras del mítico director italiano.


Viendo esta escena es inevitable no pensar en Las tres caras del miedo (I tre volti della paura, 1963) y su primer segmento, El teléfono, precisamente el medio por el que se vale nuestro asesino para acosar a las víctimas antes de acabar con ellas.

Además, es en este primer segmento donde el gran Tom Savini puede lucirse más en lo que respecta a sus imaginativamente sangrientos efectos, aunque desgraciadamente no se prodiguen tanto como sería de esperar en el resto de acciones homicidas, circunstancia ésta que señalaremos con detenimiento más adelante.

Mal que nos pese, en el resto del metraje se ve muy poco de las virtudes desarrolladas en estos tempranos compases, acercándose de ahora en adelante más a las maneras de un Hitchcock de baratillo: esto sucede especialmente en las distintas ocasiones en las que la periodista se cuela en la casa del homicida en busca de pruebas que lo incriminen, tal y como hacía Grace Kelly en La ventana indiscreta (Rear window, 1954), con planos y hasta escenas enteras calcadas de ésta.

Incluso, el aspecto de persona normal y corriente del asesino, no difiere demasiado del que tenía Raymond Burr en el film de Hitchcock.


Entrando ya de lleno en la historia, ésta trata de una presentadora de informativos (Lauren Tewes, conocida sobre todo por su personaje de Julie en la serie Vacaciones en el mar) que sospecha que su vecino es un peligroso homicida maníaco sexual, y cómo trata de convencer a su noviete abogado de que la razón está de su lado, y que no está en absoluto sugestionada por su trabajo como reportera.

Además, tiene que cuidar de una hermana ciega, sorda y muda (una casi púber Jennifer Jason Leigh) de la que se nos irá contando, mediante flashbacks, cómo llegó a ese estado y por qué su hermana se siente culpable por ello.

Es en el personaje y la interpretación de la protagonista de eXistenZ (eXistenZ, 1999) donde la película consigue su sello distintivo, y con la que podría haber destacado sólo con que se hubiera potenciado un poco más su presencia: lamentablemente, sólo es aprovechada de forma plena en el tramo final, malgastando así un valor seguro que podría haber llevado al film a unas cotas más elevadas de originalidad de las que en realidad posee.


La estructura de la película es tan sencilla que antes de la mitad de su metraje ya puedes adivinar sin dificultad lo que va a suceder en los minutos restantes: las investigaciones de la protagonista, y su convencimiento paulatino de que vive cerca de un criminal (un bastante alejado del típico psicópata John DeSanti) se van intercalando con las escenas de los distintos asesinatos que éste va llevando a cabo.

Es, precisamente, en esa reiterativa sucesión de crímenes donde la tensión conseguida en los primeros minutos se va desvaneciendo: si el prólogo revelaba una estudiada puesta en escena, y un ánimo claro por sorprender al espectador, con cada nueva muerte que desfila ante nuestros ojos se va evidenciando una falta de imaginación y de recursos preocupante, llegando hasta el extremo de que, en los últimos homicidios, deciden resolver la papeleta por medio de inapropiadas elipsis.

Yo me pregunto: ¿tiene algún sentido recurrir a estas supuestas sutilezas cuando, antes del primer cuarto de hora, le has cortado la cabeza de cuajo a un tipo y se la has metido en una pecera?; ¿falta de presupuesto, tal vez? es poco probable: pareciera más bien que a Savini, llegado determinado punto de la producción, no se le ocurrió ninguna otra idea de cómo matar (otra vez) a alguien de forma mínimamente original.


Puestos en el plan de buscarle defectos, podríamos achacarle las increíbles casualidades que llevan a que el asesino y nuestra heroína crucen finalmente sus destinos: pero este factor, lejos de restarle méritos, le da ese toque surreal y casi fantástico propio del giallo, convirtiendo así en algo más divertida la experiencia de su visionado.

En cuanto a su final, a pesar de ser más o menos esperado y previsible, te llega a perturbar seriamente por la crueldad con la que es tratado el personaje de la hermana ciega.

Esta vez no hay violencia estilizada a lo Bava, o exagerada al estilo Viernes 13, como en el resto de la cinta: el modo de filmar el brutal ataque a esta delicada adolescente es lo más realista y seco posible, y además se ve exacerbado al ir dirigido sobre la figura más indefensa de toda la película.

En conclusión, una vez vista Los ojos de un extraño , resulta ser una peli bastante amena y entretenida, a pesar del pequeño inconveniente de estar tejida a base de manidos clichés, y de la circunstancia de que es demasiado fácil (y demasiado pronto) para el espectador prever por qué derroteros va a transcurrir su historia.


Anécdotas: En el cine donde se citan los dos protagonistas hay un poster de Zombi (Dawn of the dead, 1978), en la que Savini también se encargó de los efectos de maquillaje. *Durante la secuencia del primer asesinato, se pueden ver en el televisor de la víctima imágenes de Shock waves, película también dirigida por Wiederhorn. *Existe una cinta turca del año 88 que la copia de arriba a abajo: su nombre, para los que estén interesados, es Gazeteci Kiz.

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